martes, 1 de noviembre de 2011

El arte de escandalizar viejas


Nunca olvidaré la primera visita de los Guns N´Roses a la Argentina. No recuerdo exactamente el año (y no tengo ganas de buscarlo en google) pero si la conmoción que causo su llegada. Fueron días de gran convulsión que incluyeron el suicidio de una jovencita a quien sus padres no dejaron presenciar el show (tragedia que retratara Rodolfo Ledo en su ciclo merecidamente abonado a PNP: Sin Condena) y, tocandome más de cerca, el comienzo del derrumbe de la vida de un vecino, que de monaguillo cuatro ojos paso a hacer vida de rockstar (sin haber visto una guitarra a menos de 3 metros nunca). Estilo de vida que dio por resultado 4 hijos antes de los 20 años y unos meses como repartidor de helado a domicilio como highlight laboral.

Pero más allá de esta digresión ¿quién no recuerda los Guns mostrando el culo a sus fanáticas a lo Bart Simpson? Ese día aprendí algo muy importante. Esa imagen entre graciosa y patética de Axl, Slash y compañía meneando sus nalgas entre risas, apoyados sobre el balcón de su suite del Hyatt, me enseñó lo rendidor que es "escandalizar viejas", especialmente en los medios. Una lección de periodismo basura, que ni el mejor Mauro Viale (el del Caso Coppola, el Mauro del 96, el mejor Mauro) me hubiese podido dar. Los noticieros repetian la imagen de esos culos flacidos una y otra vez y mostraban declaraciones de señoras mayores defenestrando a los por entonces jovenes rockers.

Supongo que no el mismo día, pero ese aprendizaje (el de entender que escandalizar viejas paga, sobre todo en tv) lo hicieron muchas otras personas, que quiso el destino, se unieran y trabajaran juntas en América TV años más tarde. Rolando Graña, Martín Ciccioli, Facundo Pastor y Ronen Schwarz, entendieron bien la enseñanza que dejó el ojete peludo de Slash y decidieron dedicar su vida profesional a entretener y atemorizar a señoras mayores.

Un camarografo, la búsqueda de un lugar hostil del conurbano (es dificil no encontrar uno) y mucha noche son los condimentos con los que estos talentos escandalizan ancianas semana a semana. Caminatas erraticas de jovenes alcoholizados, escenas de pugilato, delito en la via pública y una producción hot con una muchacha de botas blancas, tanga fucsia y silicona industrial en los pechos, son secciones fijas de los programas de estos 4 fantásticos de la tv local. Aunque cada uno tiene su propia especialidad. Facundo Pastor es excepcional persiguiendo hasta debajo de la cama a los individuos más peligrosos del hampa (como vendedores de fósforos húmedos o ladrones de duraznos), Ronen Schartz recorre los boliches consiguiendo las mejores peleas de la noche de La Matanza. Y nadie supera a Ciccioli a la hora de entrevistar travestis. Pero quien más conoce el paño es Rolando Graña. Experto en fenomenales notas con manochantas y precursor en eso de obtener información de primera mano de la delincuencia. Pasamontañas de por medio le han enseñado a preparar paco, armar una molotov e incluso a elegir la mejor opción para hacer un escruche en el mismo tono que Lita de Lazzari le enseñaría a una ama de casa a elegir los mejores tomates.

Lo último de lo último en la carrera de Graña fue entrevistar precoces delincuentes (sub 12) mientras jugaban al truco por plata, whisky y cigarrillos de por medio, en algún garito conseguido para la ocasión. Entre mano y mano le explicaban sus métodos para adueñarse de los codiciados Blackberry y demás gajes del oficio. Desde luego ningún consejo positivo salió de la boca de Graña, que también demostró no ser bueno con la baraja.

Escandalizar viejas funciona. Eso está claro. Yo lo aprendí con los Guns un mediodia de culos fofos y señoras horrorizadas después de la escuela. Graña y su troupe no sé. Pero vaya si lo aprendieron.